Kutxa, del vasco caja, significa lo que contiene, en este caso memorias familiares e historias vividas.
La muestra está compuesta por una serie de cajas cada una con una historia en particular. La caja contiene, agrupa, preserva, puede ser el cuerpo que contiene el alma o el corazón de una historia. También puede ser un lugar referente al hogar o a la familia, una “kutxa”.
El soporte del trabajo es el vidrio, que con su transparencia sugiere, seduce , deja ver lo que está en las cajas y permite descubrir en cada una de ellas una narración visual. Se trabaja con vidrios donados o encontrados en la calle que ya tienen una memoria propia, esto apoya la idea de la preservación de las historias.
Las obras se agrupan en un conjunto de 5 x 3 piezas apoyadas sobre la pared formando una suerte de biografía o película, una gran historia que contiene historias pequeñas compuestas de momentos y memorias.
Las historias como las cajas nos contienen, nos identifican, nos sostienen y a su vez nosotros contenemos nuestras historias.